Últimamente no pasa una semana sin que se forme algún escándalo en torno a un comentario en la red social Twitter. El último, la detención de un político británico que bromeó con lapidar a una periodista y que ha perdido su empleo por tomar a la ligera el hecho de que todo lo que se dice en Twitter es público y puede tener consecuencias.
Gareth Compton, concejal de Erdington, publicó el miércoles este mensaje en twitter:
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