domingo, 13 de diciembre de 2009

Capoeirarab: Integración a través de la capoeira en Siria

Hace un año publiqué una entrada sobre el proyecto Capoeirarab, que Tarek AlSaleh y Musa Mokraoui han puesto en marcha en Damasco, Siria. Un año después, me alegra mucho contar los avances de este proyecto prácticamente pionero en Oriente Medio.

Capoeirarab es la fusión de dos palabras: capoeira y Arab. Este es el nombre que se les ocurrió a Tarek AlSaleh y Musa Mokraoui para describir su proyecto de difundir la capoeira en el mundo árabe, donde apenas es conocida. La capoeira, originaria de Brasil, tiene algo de deporte, algo de disciplina, algo de baile y algo de arte marcial. Nació como forma de expresión de los esclavos, que se entrenaban a fondo para mantenerse fuertes y alerta sin levantar sospechas, ya que la apariencia de baile hacía que sus opresores lo viesen como inofensivo. Desde entonces la capoeira tiene una fuerte carga simbólica de expresión libre y no violenta (los movimientos no incluyen contacto físico), de resistencia y lucha contra la opresión y de solidaridad y respeto al otro. Y qué mejor contexto que Oriente Medio, plagado de conflictos, de ataques externos y represión interna, para difundir esta forma de expresión.

Lo que empezó como un grupo de amigos entrenando en un pequeño recinto en la zona antigua de Damasco ha ido perfilándose poco a poco como un proyecto de integración social que incluye a una mediadora intercultural y a una abogada. Un tercio de los alumnos de los talleres que se imparten son niños y jóvenes de los estratos más desfavorecidos de la ciudad: comunidades rurales de Damasco, refugiados iraquíes, palestinos y otras minorías en riesgo de exclusión, presos infantiles en reformatorios de la ciudad y el personal de estos centros, pacientes de cáncer hospitalizados y el personal que los atiende. A ninguno de estos alumnos se cobra por las clases, que financia el equipo Capoeirarab con la ayuda que desde hace un año obtiene de UNICEF.

El efecto de las clases en estos niños se nota física, emocionalmente y en sus habilidades y relaciones sociales, algo que ha recogido UNICEF en este artículo sobre los refugiados del campamento de Al-Tanf, en la frontera entre Irak y Siria, donde malviven desde hace años familias perseguidas por el régimen de Sadam Husein.

El proyecto busca crear espacios para el deporte, el arte y la expresión que no abundan en Damasco para los niños y a los que sobre todo los más desprotegidos no suelen tener acceso. Pretende ser también un espacio en el que se superen las barreras socioeconómicas. En la sociedad siria, como en la de todo Oriente Medio en general, existen fuertes divisiones sociales que hacen que no sea frecuente el contacto entre personas de estratos económicos distintos. A través de torneos conjuntos, competiciones y representaciones de capoeira, se crean vínculos entre niños y jóvenes de distintos rincones de Damasco que no se conocerían de otro modo.

Desde aquí envío mi enhorabuena al fantástico equipo de Capoeirarab, un ejemplo de esfuerzo por la integración que no deja de crecer. Si queréis conocer mejor este proyecto, visitad su página web o seguidlos en Facebook. Os dejo con este bonito vídeo que recopila algunos de los mejores momentos del proyecto.

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