Si en la pasada Cumbre de la ONU contra el Racismo el Presidente Mahmud Ahmadinejad fue la estrella mediática en su Discurso ante las Naciones Unidas, en la 64ª sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas, celebrada ayer, el espectáculo ha estado a cargo del Presidente libio, Muammar Gadafi. Más políticamente incorrecto que de costumbre si cabe, Gaddafi dio varias vueltas por el estado de Nueva Jersey antes encontrar dónde montar su jaima, con la que acampa allá donde va, y aprovechó su oportunidad de subirse al estrado por primera vez en 40 años para despacharse a gusto ante unas Naciones Unidas cuya base misma cuestiona.
En los 40 minutos de que dispuso, Gadafi no quiso dejar ningún tema sin tratar, y saltó de asunto en asunto espinoso ante el pasmo general. Resumo aquí una selección de los comentarios que más hicieron revolverse a los representantes políticos en sus sillas:
Nada de esto es tan descabellado como parece en una primera impresión, y si suena descabellado es porque este tipo de asuntos no suele enfocarse desde estos planteamientos ni en los medios más progresistas de occidente. En los países árabes, sin embargo, estas declaraciones son un fiel reflejo de la desconfianza generalizada hacia las políticas occidentales y hacia las Naciones Unidas. Hacia su discurso de doble rasero, hacia su permisividad con Israel y su insensibilidad con los palestinos, hacia sus prédicas sobre la democracia mientras invaden y explotan sus países.
Sin embargo, y como sucede a menudo con los líderes que hablan "la voz del pueblo", no es Gadafi el más indicado para dar lecciones de democracia al mundo. Llegó al poder con un golpe de estado en 1969 y enseguida abolió la constitución y prohibió los partidos políticos, que según él no hacen falta ya que "es el pueblo quien gobierna" y no necesita la mediación de partidos. Ha desarrollado una política personalista en la que se hace presentar como "rey de reyes", "líder de la revolución", "líder de la Unión Africana" y ofrece su "Libro Verde", una especie de constitución escrita por él mismo, como guía para todo.
La oposición a su gobierno sólo se manifiesta públicamente fuera del país e incluso se le acusa de asesinar a líderes de la oposición en el exilio, según asegura el Frente Nacional para la Salvación de Libia. Este grupo dirigió una petición a la Asamblea de las Naciones Unidas con motivo de la celebración de la sesión, protestando por "la acogida del dictador de un país que está en la cola del mundo en materia de desarrollo económico, libertad de prensa, independencia judicial y transparencia". Recuerda a quienes piensan que el reino del terror de Gadafi es cosa del pasado los asesinatos del periodista libio Daif Al Gazal en 2006, del activista Fathi Jahmi in 2009, y los asesinatos de manifestantes en Benghazi en 2006.
De ser consecuente con su discurso, todo lo que predica Gadafi tendría una legitimidad difícil de cuestionar. Sin embargo, y como tantos líderes árabes, se siente más cómodo recreándose en los daños que Occidente provoca que fomentando desde dentro una alternativa justa y respetuosa con las diferencias. Las políticas occidentales, de todas formas, se lo ponen bastante fácil.
En los 40 minutos de que dispuso, Gadafi no quiso dejar ningún tema sin tratar, y saltó de asunto en asunto espinoso ante el pasmo general. Resumo aquí una selección de los comentarios que más hicieron revolverse a los representantes políticos en sus sillas:
- Cuestionó la base misma de las Naciones Unidas, de las que dijo "que no significan nada", ya que el derecho de veto pone en situación de desigualdad a los países y quita su sentido a la unión. Calificó el Consejo de Seguridad de terrorista y cuestionó la falta de un asiento permanente para la Unión Africana.
- Se preguntó el porqué de la guerra contra Afganistán y comparó un posible estado talibán con el estado del Vaticano, basado en una identidad religiosa.
- Reclamó a Europa compensar económicamente a África por la colonización de sus tierras, lo que estimó en 7,77 trillones de dólares.
- No dejó pasar tampoco el tema estrella del año, la gripe A, de la que dijo haber salido de un laboratorio americano. Se preguntó si la próxima sería "la gripe del pescado" y pronosticó que todo desaparecería si los medicamentos no fuesen un negocio.
- En su reclamación de una reforma radical del planteamiento de la ONU pidió investigar a fondo las muertes nunca aclaradas de líderes históricos como Kennedy, el africano Patrick Lumumba, Martin Luther King y líderes de la resistencia palestina como Abu Iad, Abu Yihad y Kamal Aduan. También las masacres cometidas por Israel, como las de Sabra y Chatila, que causaron la muerte de miles de civiles, y la última de Gaza.
- Rechazó de plano la solución de dos estados y propuso como única opción la integración de ambos pueblos en un solo espacio. Gadafi ha bautizado su propuesta como "Isratin" , una fusión de los nombres Israel y Filistin, (Palestina en árabe), basada en la idea de que el estado israelí no funcionará en un entorno árabe y en la unión de lo semita (árabes y judíos) frente a la hostilidad antisemita del resto del mundo.
- Alcanzó el clímax de lo políticamente incorrecto ofreciendo seguridad y comprensión a los judíos en nombre de todos los árabes, advirtiéndoles de que no son los árabes quienes odian a los judíos sino los europeos, que ya les habían llevado al holocausto una vez.
Nada de esto es tan descabellado como parece en una primera impresión, y si suena descabellado es porque este tipo de asuntos no suele enfocarse desde estos planteamientos ni en los medios más progresistas de occidente. En los países árabes, sin embargo, estas declaraciones son un fiel reflejo de la desconfianza generalizada hacia las políticas occidentales y hacia las Naciones Unidas. Hacia su discurso de doble rasero, hacia su permisividad con Israel y su insensibilidad con los palestinos, hacia sus prédicas sobre la democracia mientras invaden y explotan sus países.
Sin embargo, y como sucede a menudo con los líderes que hablan "la voz del pueblo", no es Gadafi el más indicado para dar lecciones de democracia al mundo. Llegó al poder con un golpe de estado en 1969 y enseguida abolió la constitución y prohibió los partidos políticos, que según él no hacen falta ya que "es el pueblo quien gobierna" y no necesita la mediación de partidos. Ha desarrollado una política personalista en la que se hace presentar como "rey de reyes", "líder de la revolución", "líder de la Unión Africana" y ofrece su "Libro Verde", una especie de constitución escrita por él mismo, como guía para todo.
La oposición a su gobierno sólo se manifiesta públicamente fuera del país e incluso se le acusa de asesinar a líderes de la oposición en el exilio, según asegura el Frente Nacional para la Salvación de Libia. Este grupo dirigió una petición a la Asamblea de las Naciones Unidas con motivo de la celebración de la sesión, protestando por "la acogida del dictador de un país que está en la cola del mundo en materia de desarrollo económico, libertad de prensa, independencia judicial y transparencia". Recuerda a quienes piensan que el reino del terror de Gadafi es cosa del pasado los asesinatos del periodista libio Daif Al Gazal en 2006, del activista Fathi Jahmi in 2009, y los asesinatos de manifestantes en Benghazi en 2006.
De ser consecuente con su discurso, todo lo que predica Gadafi tendría una legitimidad difícil de cuestionar. Sin embargo, y como tantos líderes árabes, se siente más cómodo recreándose en los daños que Occidente provoca que fomentando desde dentro una alternativa justa y respetuosa con las diferencias. Las políticas occidentales, de todas formas, se lo ponen bastante fácil.
Fuentes: Frente Nacional para la Salvación de Libia, Reuters (versión árabe), Foreign Policy
2 comentarios:
Leila:
jjj.. tema espinoso el de Gadafi. Pero leyendo tu estupendo resumen, rapidamente puse en funcionamiento mi chaleco-anti-topicos, y el primero de los ingredientes que lleva ese chaleco dice: "intenta separar (el valor de) las ideas de los (lo que arrastran los) nombres".
Dejo claro que a mi el personaje no me gusta, pero agradezco dos cosas:
1) Que sea politicamente incorrecto (¡¡que bien nos iría si fueramos menos hipocritas!! incluso en diplomacia) (por lo menos seria bastante mas barata...jj)
2) Que se atreva a cuestionar muchas ideas o propuestas que parecen sagradas e inamovibles (bueno, hablo de lo mismo, quien hace eso es "politicamente incorrecto").
Como bien dices, algunas de las cosas que resumes de su discurso NO son descabelladas... Si las dijera Obama, otro gallo cantaria...
Escribes muy bien, y los contenidos son interesantes. Nos leemos...
Amalio
Gracias por tu comentario, Amalio. Estoy de acuerdo en que explorar lo políticamente incorrecto es un ejercicio necesario y, según quién lo haga, valiente.
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