sábado, 6 de junio de 2009

El discurso de Obama en El Cairo: las implicaciones para árabes y musulmanes

Histórico es la palabra con que la mayor parte de la prensa mundial define el discurso de Barack Obama en el Cairo. En él, el Presidente estadounidense ha dado de nuevo una lección de retórica en la que cada palabra está estudiada al milímetro y en la que ni una coma es casual. A pesar de la falta de concreción del discurso, que no va acompañado de medidas que puedan traducirse en cambios a corto plazo, el trabajo de meses que la Casa Blanca ha dedicado a prepararlo ha resultado en un ejemplo de maestría linguística: salpicado de referencias al Islam y a la civilización árabo-islámica y cargado de resonancias positivas, Obama se ha esforzado en halagar los oídos de su público.

Aquí podéis encontrar el discurso íntegro en inglés. Analizo a continuación los puntos del discurso en los que el lenguaje de Obama es un gran acierto en la búsqueda de empatía y creación de confianza. Traduzco completo el primer párrafo, que no tiene desperdicio en cuanto a guiños a musulmanes y árabes.

Tengo el honor de visitar la eterna ciudad de EL Cairo, en la que me acogen dos grandiosas instituciones, una de ellas la mezquita de Al-Azhar, que ha sido durante más de 1000 años el faro de la ciencia islámica, mientras que la Universidad de El Cairo es desde hace un siglo una fuente de progreso en Egipto. Juntas representan la coherencia y la armonía entre la tradición y el progreso. Agradezco vuestra hospitalidad y el entusiasmo del pueblo egipcio, y me complazco en trasladaros la buena voluntad del pueblo americano para con vosotros, junto con el saludo de paz de las comunidades musulmanas de mi país. Assalam aleikum.

El arranque de Obama en El Cairo armoniza el contenido del discurso con una lograda expresión literaria de fuertes resonancias arábigas. Obama saluda y expresa su admiración por la mezquita de Al-Azhar, que es además una universidad, considerada por muchos musulmanes la más prestigiosa del mundo y centro de referencia religiosa. "La eterna ciudad de El Cairo", "el faro de la ciencia islámica" y "la fuente del progreso" son expresiones que remiten a la literatura árabe.

Obama agradece la hospitalidad egipcia, que es precisamente el valor principal del que se enorgullecen los árabes. Al mencionar además la armonía entre tradición y modernidad, Obama da en la clave de la definición de identidad de los países árabes, que tratan con mayor o menor éxito de encontrar un equilibrio entre la integración en el mundo actual y los valores de los que son herederos. Corona su entrada con un "salam aleikum", y agradece los aplausos con un "shukran" ("gracias", en árabe) guiños simples y muy eficaces en su intento de crear empatía con sus espectadores. A continuación, y como explicación a la tensión actual "entre el Islam y Occidente", achaca parte de esa tensión al colonialismo europeo, que "negó a muchos musulmanes sus derechos y oportunidades", y a la Guerra Fría, en la que "se ignoraron las aspiraciones de los países de mayoría musulmana". Ambos episodios son significativos para los árabes de la utilización de sus pueblos como moneda de cambio en los planes geoestratégicos de las grandes potencias. En esta utilización, bajo falsas promesas de libertad e independencia, se halla la raíz de la desconfianza y los desencuentros posteriores, y Obama ha entendido y aceptado esto ante un público árabe.

El resto del discurso es una declaración de intenciones respecto a los temas más espinosos entre Estados Unidos y el mundo árabe, pero antes de entrar en ellos Obama hace una declaración de admiración y respeto por el Islam, que describe en términos más que positivos, recurriendo a referencias y asociaciones que conoce bien cualquier musulmán, citando incluso el Corán, al que llama "Sagrado Corán", un calco de la expresión con la que los musulmanes lo designan: "Temed a Dios, y decid siempre la verdad".

Menciona además el sonido del "azaan", la llamada a la oración que lo acompañó durante su infancia en Indonesia "al romper el amanecer y con el crepúsculo", de nuevo con resonancias poéticas tomadas de la literatura árabe, y las aportaciones del Islam a la cultura, la ciencia, la Ilustración y el Renacimiento europeo. Este párrafo reúne lo que los musulmanes reconocen como aportaciones valiosas de su civilización, que la situación actual de estos países ha eclipsado.

La innovación en las comunidades musulmanas desarrolló el álgebra, nuestra brújula y herramientas de navegación, nuestra escritura e imprenta, nuestra comprensión de las enfermedades y su cura. La cultura islámica nos ha dado arcos majestuosos y altos capiteles, poesía atemporal y música valiosa, caligrafía elegante y bellos lugares de contemplación. Y duante la historia, el Islam ha demostrado la posibilidad de la tolerancia religiosa y la igualdad racial.

Después de este enaltecimiento de la civilización islámica, Obama entra de lleno en los delicados asuntos de Afganistán, Irak y el conflicto palestino-israelí. Llama la atención de esta parte del discurso que en ningún momento habla de "terrorismo palestino", término que ningún medio árabe utiliza, ya que la lucha palestina es unánimemente considerada "resistencia". Obama eligió este término, "resistencia", y se refirió a las humillaciones intolerables de los palestinos "bajo la ocupación", término también constante en los medios árabes al referirse al conflicto y al que no ha aludido ninguna Administración estadounidense. Aunque habló de los "lazos irrompibles" entre su país e Israel, puso las aspiraciones de israelíes y palestinos al mismo nivel y equiparó la lucha palestina a la de los afroamericanos, una comparación de gran fuerza simbólica.

Es valioso en sí que Obama condense una concepción enormemente positiva de la religión, la cultura y la civilización islámica, distanciándose de la anterior Administración, que veía todo lo relativo al Islam como un ente hostil. Es también valioso que reconozca la lucha palestina como resistencia y el sufrimiento diario que causa la ocupación. Los pueblos árabo-islámicos están necesitados de estímulos positivos frente a los prejuicios y a la humillación de la que como colectivo se sienten víctimas.

Sin embargo, y en contraste con otros aspectos en los que el Presidente ha hecho énfasis, sus alusiones han sido muy vagas en lo que respecta a los regímenes dictatoriales que sufren los ciudadanos de la mayoría de estos países. La represión de las libertades, la discriminación de las minorías étnicas y de las mujeres que ejercen los gobiernos de muchos de estos países fue mencionada muy superficialmente. En la mayor parte de los países de mayoría islámica la represión de las libertades es endémica, los gobiernos están instalados en la corrupción y los abusos, y los derechos humanos brillan por su ausencia, algo que requiere más atención que un par de frases genéricas sobre la libertad y la tolerancia. Antes de partir a Egipto, Obama se refirió a Hosni Mubarak como una fuerza de estabilidad, a pesar de que es bien conocido el puño de hierro con que el octogenario presidente egipcio se mantiene en el poder. El día anterior, alababa la sabiduría y gentileza de "Su Majestad" el Rey Abdalla en Arabia Saudí, el país en el que más estrictamente se aplica la sharia y en el que las mujeres carecen de cualquier derecho.

Estas carencias en el discurso de Obama son para muchos intelectuales árabes una falta de compromiso real con los derechos humanos. Husam Al-Hamalawi, periodista egipcio, echa en falta la alusión a la huelga de trabajadores que desde 2006 se extiende por Egipto, la mayor desde la 2ª Guerra Mundial, cobrando una fuerza insólita a pesar de la represión que ejerce el gobierno. Shirin Sadeghi, Consultora sobre Oriente Medio y periodista para BBC y Al Jazeera, se pregunta "¿Y qué hay de la gente, Obama?", y resume su mensaje de esta manera: "Estados Unidos mirará para otro lado en cuanto a vuestras políticas represivas porque una buena relación de trabajo importa más que la consideración hacia los derechos de las personas."

Para Sadeghi, igual que para muchos intelectuales árabes, el discurso de Obama ha ido más dirigido a los gobiernos con los que EEUU deberá trabajar durante su Administración, como Egipto, Arabia Saudí o Irán, que a sus ciudadanos, a los que se priva de derechos, se limita y se les impide mejorar sus condiciones de vida. La empatía y la creación de confianza que el Presidente parece buscar es clave, pero Obama debe decidir si quiere ganarse a los ciudadanos árabes o a sus gobiernos represivos. Para estos gobiernos basta el mensaje de buenas intenciones y elogios al Islam, junto con el dinero que ha prometido destinar a la región y con el que ya se frotan las manos.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Enhorabuena por la entrada. Me ha resultado muy clarificadora para entender la relevancia del discurso y lo cuidado de su contenido.

Como en tantos otros ámbitos tengo muchas esperanzas puestas en esta nueva presidencia americana y en particular en su política exterior.

c1elqv dijo...

Hola,
Realmente bueno tu post. De entrada reconozco que Obama me empieza a parecer (ahora más que antes) un 'buen tipo' (léase, con buenas intenciones). Lo que me sigo preguntando es si: 1) Se puede cambiar en poco tiempo (una legislatura) la actitud de todo un país (EEUU); 2) Si es realista pensar que la política exterior de EEUU la decide realmente su gobierno: ¿hace falta pensar en todo lo que apoyaron o permitieron los sucesivos presidentes del último medio siglo, fueran del partido que fueran? y 3) Ojalá en política exterior (sobretodo en política exterior) el 'cambio de rumbo' no sea (sólo) un cambio a golpe de titular de prensa internacional.
Muy buena la frase de la periodista: "[Para los estadounidenses] Una buena relación de trabajo importa más que (...) los derechos de las personas."
Sigue así,
te seguimos.

Leila Nachawati Rego dijo...

Muchas gracias, diversidadcorporativa, hace ya un tiempo que descubrí tu blog y me parece fantástico, gracias por leerme :)

Leila Nachawati Rego dijo...

Gracias, c1elqv. Me hace mucha ilusión que me sigáis, no conocía tu blog pero le he echado un vistazo y tiene muy buena pinta.
Estoy de acuerdo contigo en que se abren muchos interrogantes. Las formas de Obama son buenas, respetuosas al menos, y eso ya es un avance en sí mismo, pero con respecto a los palestinos no soy muy optimista. Me sigue asombrando que sea el gobierno israelí quien decide qué limosna está dispuesto a dar a los palestinos, limosna que desde Occidente se aplaude como avance y señal de buena voluntad.

aprende árabe 2.0 dijo...

Hola, acabo de descubrir tu blog y me parece muy bueno. Te felicito por este post porque me ha encantado, sobretodo cuando reflejas la parte en la que citas que tiene que ayudar más al pueblo que al gobierno, estoy totalmente de acuerdo.
Voy a seguir tu blog con mucho interés. Un saludo.