martes, 30 de diciembre de 2008

1967: la paz justa entre palestinos e israelíes

La masacre causada desde el día 27 de diciembre por bombardeos israelíes sobre Gaza es la peor desde 1967. Son las 15:00 del martes y el número de palestinos muertos en Gaza roza los 400, dos personas han muerto en territorio israelí y la cifra sigue subiendo mientras Israel moviliza sus bases para preparar un ataque terrestre. Según Israel, esto sucede porque tienen derecho a defenderse de los cohetes que lanza Hamas. Según los palestinos, la desesperación que se vive en Gaza, sobre todo desde el bloqueo de 2006, no les deja más opción que defenderse con los pocos medios a su alcance.

Ante este calvario que todos presenciamos, lo que más sorprende es la tibieza de las reacciones internacionales. Políticos de uno y otro color vacilan, titubean, matizan, y no consiguen plantear nada más allá de la pena que les da que muera gente y esperar y desear que ambas partes cesen los ataques.

El conflicto entre el estado de Israel y los palestinos, que siguen sin estado, es el más televisado, el más cubierto por medios de comunicación y del que más sobreinformación recibimos los ciudadanos de casi todos los países del mundo. ¿Por qué, entonces, parece que nunca hay respuestas internacionales claras, que todo es un embrollo de muertes y odios sin que quede claro cuál es realmente el problema y su origen? Pocos medios vuelven sobre los orígenes de los conflictos para que quien no es experto en la materia los entienda, pero la solución a este conflicto requiere echar la vista atrás. Sólo hay un camino posible para la paz, y se resume en un año: 1967, el mismo con el que he comenzado el artículo.

Precisamente 1967 es el año clave al que hay que volver cada vez que se plantee que no hay alternativa al conflicto y se diluyan los culpables. Ese año estalló la Guerra de los Seis Días, que enfrentó a Israel con los palestinos, a los que se unieron Siria, Jordania y Egipto. Israel aplastó en seis días a sus enemigos, lo que sumió a los países árabes en una depresión que todavía arrastran, y ocupó la península del Sinaí, Gaza, Cisjordania, Jerusalén este y los altos del Golán. La ocupación de todos estos territorios es ilegal según las Naciones Unidas, que emitió tras la guerra las resoluciones que establecen los requisitos para una paz justa y duradera, entre las que es clave la resolución 242, que define como inaceptable "la adquisición de los territorios ocupados por medio de la guerra" e insta a "la retirada de las fuerzas armadas israelíes de los territorios que ocuparon durante el reciente conflicto". De todos estos territorios, Israel sólo ha devuelto el Sinaí, y no ha cesado de destruir viviendas palestinas para construir asentamientos ilegales en tierra ocupada, contraviniendo la IV Convención de Ginebra , instrumento del derecho internacional que establece que los poderes ocupantes deben proteger a las poblaciones civiles bajo su control y respetar su propiedad. En el siguiente link podéis encontrar un resumen de las normas del derecho aplicable en caso de ocupación.

Si la ocupación que Israel mantiene desde 1967 es ilegal según las Naciones Unidas y el derecho internacional, poner fin a la ocupación es la única solución justa al conflicto. Es la única paz viable, que no puede concebirse sin justicia para ambas partes. La paz no es una conferencia, no son reuniones ni mesas redondas, la paz es que los niños puedan ir al colegio, que los jóvenes puedan estudiar y tener un futuro laboral, que las madres puedan parir en un hospital con la atención médica adecuada. Paz es también que las familias cuenten con servicios básicos, que las empresas dispongan de luz y combustible, que la economía funcione. Para todo esto, retorno a las fronteras de 1967.

Culpar a Hamas, que gobierna en la franja de Gaza desde que ganó las elecciones de 2006, de la situación insalvable de los palestinos, es un absurdo por una razón obvia: Las Naciones Unidas reconocen al pueblo palestino como pueblo ocupado, y el derecho internacional recoge el derecho de los pueblos ocupados a defenderse del ocupante. Lo lógico entonces es concluir que debe acabar la ocupación para que se equilibren los derechos de ambas partes. Acabando con la ocupación y volviendo a las fronteras legítimas reconocidas por el derecho internacional, las de 1967, nadie podrá justificar cohetes lanzados por Hamas. Mientas se mantenga una ocupación ilegal y ninguna potencia internacional tome contra Israel medidas reales (diplomáticas, económicas) como las que se han tomado contra Hamas, no existe legitimidad para pedir al ocupado que deje de defenderse contra el ocupante.

El embajador israelí en España afirmaba ayer su preocupación por la “ligereza increíble de calificar de desproporcionada la acción israelí”. No es desproporcionado, en su opinión, el uso de la fuerza contra una población que tiene cerrada la salida de la ratonera que es la franja, y desea a los gobiernos que lo critican que nunca se vean en una desagradable situación como la que enfrenta Israel. Pide a estos gobiernos, finalmente, que no le planteen críticas sino alternativas. La alternativa no hace falta inventarla este mes, ni este año, está propuesta por las Naciones Unidas, impuesta en la medida en que Naciones Unidas puede imponer cosas a países poderosos. La alternativa, la respuesta, es siempre la misma: no puede haber paz sin un regreso a un reparto equitativo de la tierra. No puede haber paz sin justicia, no puede haber paz con asentamientos ilegales, sin condiciones mínimas de humanidad y dignidad, sin acceso a los servicios básicos. Pedirle al ocupado que respete al ocupante no tiene precedentes, es lo contrario de lo que dice el derecho internacional y no cabe en ninguna lógica de respeto a los derechos humanos fundamentales.

El mensaje en todos los medios, en todos los actos de protesta por los asesinatos, el mensaje de todos los que creemos que la paz sólo puede venir del respeto a los derechos humanos y la legalidad internacional debe ser único: La paz está en las fronteras de 1967, quienes las incumplan son responsables del desastre y quienes lo permitan con el silencio o la tibieza son sus cómplices.



3 comentarios:

Redacción de revistas multiblog dijo...

Queridísima Leila, lamento recordarte que Hamas cuenta con 17.000 milicianos, armas modernas y cientos de misiles que caen constantemente sobre el sur de Israel desde hace años. El presupuesto de la organización les permite construir escuelas y centros de salud. Podrían hacer más pero su objetivo principal es expulsar a los judíos de Palestina por lo que continúan con el contrabando, enriqueciéndose a su costa. Te recuerdo igualmente que se enfrentaron a la otra facción palestina al-Fatah demostrando que el gran problema de los árabes es que no saben estar unidos y de esto es consciente Israel más que nadie, utilizándolo en su beneficio. Probablemente Israel utiliza el conflicto con fines electorales de cara a los comicios de febrero y la fuerza desplegada por los hebreos es infinitamente mayor que la palestina y es lo que más críticas internacionales ha suscitado, la desproporcionalidad de los contendientes, pero también es cierto y no me lo negarás que tanto Egipto como Arabia Saudí tienen una política de lo más ambigua que no ayuda en nada a los palestinos.
Creo que el conflicto no comenzó en 1967, como tú dices, sino mucho antes, como explico en mi blog, el cual, por cierto, está a tu disposición, pero claro es mi opinión tan solo, cada cual que piense lo que quiera si bien es verdad igualmente que sobre el conflicto palestino se ha hecho mucha demagogia.
Terminando, solo deseo que concluya esta nueva
Intifada ya que los principales perjudicados son los propios palestinos y en especial los niños que están creciendo en un entorno de odio y horror que no les beneficia nada en absoluto, siendo utilizados por unos y otros creando aún más odio y así en un círculo vicioso sin fin.
Aprovecho para felicitarte por tu magnífico blog
Adjunto url de mi artículo y lo comentamos cuando quieras em tu blog o en el mío,como prefieras, pero recuerda que puntos de vista hay muchos y sé que tanto tú como yo conocemos la zona en conflicto y tenemos amigos que proceden de allí conociendo lo que en verdad está ocurriendo tanto en un lado como en el otro.

http://allmistery.blogspot.com/2008/12/el-conflicto-palestino.html

Leila Nachawati Rego dijo...

Muchas gracias por fijarte en mi blog y responder con una correción que no abunda.

Podemos discutir sobre si los cohetes Qassam son modernos o son artefactos manuales y caseros que poco tienen que hacer contra tanques y bombarderos F-16. Respecto a esos cohetes, creo que son un suicidio dado el adversario al que se enfrentan y que uno tiene que saber cuándo no tiene nada que hacer por la fuerza. Pero vuelvo a la idea del artículo: Aunque el sufrimiento de civiles sea preocupante por ambas partes, a nivel institucional no es comparable el ocupado con el ocupante, como establece el derecho internacional. Sin embargo se denomina terroristas a miembros de Hamas pero no a un estado basado en una identidad religiosa que es el más militarizado del mundo, y que bombardea a una población encerrada en una ratonera. Es algo terrible que el terrorismo de estado raramente sea considerado como tal.

Respecto a la correlación entre el lanzamiento de cohetes y el recrudecimiento del conflicto, recuerda que en momentos en que han cesado las acciones armadas palestinas, no han cesado las anexiones de más territorios que violan toda ley internacional,y que son inaceptables sea cual sea la respuesta palestina. Por eso creo firmemente en el respeto a las resoluciones de 1967 para avanzar en una dirección digna para todos, obviamente no pienso (ni he dicho) que los problemas empezaran ese año, pero sí que fue un punto de referencia al que hay que volver para una solución justa que no sea que el ocupado acepte una ocupación ilegal.

Rspecto a que las políticas egipcias y saudíes son ambiguas (yo más bien diría lamentables) no puedo estar más de acuerdo.

Muchas gracias por tus comentarios.

Leila Nachawati Rego

Ana dijo...

Leila¡¡


gracias¡¡