Siria:
País de Oriente Medio de 20 millones de habitantes, en la orilla oriental del mar Mediterráneo. Limita con Jordania, Israel, los territorios palestinos, Iraq, Líbano y Turquía.
A lo largo de su historia Siria ha sufrido numerosas ocupaciones, desde la invasión de los romanos y los mongoles, hasta llegar a la colonización francesa, pasando por los Cruzados y los turcos. La independencia de lo que hoy conocemos como Siria llegó en 1946, cuando se liberó del control de Francia tras 25 años de dominación.
En 1916, a través del tratado de Sykes-Picot, las potencias europeas se habían repartido en secreto oriente medio, en "esferas de influencia inglesa y francesa". La esferización, que incluía lo que entonces era conocido como la Gran Siria (Al-Sham), institucionalizó a través de un control oficial y directo lo que durante el siglo XIX había sido control militar y económico "informal". De este pastel jugoso Francia se apropió de lo que hoy es Siria y Líbano, que la apoyaron en la lucha contra el imperio otomano bajo promesas de independencia si la Gran Guerra la ganaban los aliados.
En 1923, la Liga de las Naciones reconoció oficialmente el mandato francés sobre Siria.
Entre protestas y reacciones sofocadas con ataques aéreos, Siria se convirtió durante la Segunda Guerra Mundial en campo de batalla entre el gobierno de Vichy y el alemán. De nuevo Francia, junto con su aliada Inglaterra, apremiadas por la dureza de la contienda con el bloque fascista, prometió independencia a Siria a cambio de apoyo, y de nuevo Siria se enfrascó en una colaboración ingenua que le reportaría nuevos desengaños.
La ocupación duró, en términos comparativos con el resto de los pueblos colonizados, pocos años. Para Sira, igual que para el resto de sus vecinos orientales, asumir que había pasado de unas cadenas otomanas a otras europeas era difícil de digerir, con lo cual la resistencia fue feroz desde el principio. A ello contribuyó, irónicamente, la propia Francia, que implantó en Siria estructuras que aceleraron e impulsaron los levantamientos. El sistema de enseñanza francés, que sentaba las bases de la libertad de expresión, autodeterminación y defensa de los derechos humanos, fue absorbido por la sociedad civil siria, que en poco tiempo se organizó para reclamar esas mismas libertades.
País de Oriente Medio de 20 millones de habitantes, en la orilla oriental del mar Mediterráneo. Limita con Jordania, Israel, los territorios palestinos, Iraq, Líbano y Turquía.
A lo largo de su historia Siria ha sufrido numerosas ocupaciones, desde la invasión de los romanos y los mongoles, hasta llegar a la colonización francesa, pasando por los Cruzados y los turcos. La independencia de lo que hoy conocemos como Siria llegó en 1946, cuando se liberó del control de Francia tras 25 años de dominación.
En 1916, a través del tratado de Sykes-Picot, las potencias europeas se habían repartido en secreto oriente medio, en "esferas de influencia inglesa y francesa". La esferización, que incluía lo que entonces era conocido como la Gran Siria (Al-Sham), institucionalizó a través de un control oficial y directo lo que durante el siglo XIX había sido control militar y económico "informal". De este pastel jugoso Francia se apropió de lo que hoy es Siria y Líbano, que la apoyaron en la lucha contra el imperio otomano bajo promesas de independencia si la Gran Guerra la ganaban los aliados.
En 1923, la Liga de las Naciones reconoció oficialmente el mandato francés sobre Siria.
Entre protestas y reacciones sofocadas con ataques aéreos, Siria se convirtió durante la Segunda Guerra Mundial en campo de batalla entre el gobierno de Vichy y el alemán. De nuevo Francia, junto con su aliada Inglaterra, apremiadas por la dureza de la contienda con el bloque fascista, prometió independencia a Siria a cambio de apoyo, y de nuevo Siria se enfrascó en una colaboración ingenua que le reportaría nuevos desengaños.
La ocupación duró, en términos comparativos con el resto de los pueblos colonizados, pocos años. Para Sira, igual que para el resto de sus vecinos orientales, asumir que había pasado de unas cadenas otomanas a otras europeas era difícil de digerir, con lo cual la resistencia fue feroz desde el principio. A ello contribuyó, irónicamente, la propia Francia, que implantó en Siria estructuras que aceleraron e impulsaron los levantamientos. El sistema de enseñanza francés, que sentaba las bases de la libertad de expresión, autodeterminación y defensa de los derechos humanos, fue absorbido por la sociedad civil siria, que en poco tiempo se organizó para reclamar esas mismas libertades.
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